Alimentación sostenible en la población urbana: qué es y dónde encontrarla

Alimentos Sostenibles

La alimentación sostenible se basa en consumir comida sana, nutritiva y con bajo impacto ambiental. Mark Twain escribió que la Historia nunca se repite, pero rima. Los conceptos, como “alimentación sostenible”, parecen nuevos, pero la nutrición sostenible es la dieta normal de la humanidad, hasta hace trescientos años, momento en que la industrialización llega al sector agroalimentario.

La industrialización, y cualquier otro progreso humano, conllevan sus propios desafíos: en el caso de la industria, el coste medioambiental que genera. Sin embargo, la alimentación sostenible no debe entenderse, como una vuelta a la edad de piedra (aunque existe una dieta paleo): las herramientas disponibles en el siglo XXI aportan indudables beneficios a la sociedad, por ejemplo, con la generalización de la seguridad alimentaria, o los sistemas que optimizan el agua disponible.

La sostenibilidad ambiental se basa en producir comida con bajas emisiones contaminantes, y aprovechar el suelo y los recursos hídricos con vistas a la conservación de la biodiversidad y los ecosistemas.

Alimentación sostenible en las ciudades y consumo de producto local

Cualquier producto que compras en una tienda, se transporta hasta allí en un vehículo que genera emisiones y, si no es de temporada, implica un gasto energético para su conservación.

Los pilares fundamentales de la alimentación sostenible son el consumo de producto local, de temporada y procedente de una explotación ecológica.

En caso de una cadena de distribución corta, los alimentos llegan al comercio en un solo viaje, directos del productor al consumidor. Pero esa cadena de distribución puede ser larga, con productos agroalimentarios procedentes del otro lado del mundo, que se transportan en barco, avión, camiones hasta los almacenes, y más vehículos, hasta el punto de venta.

La alimentación sostenible perfecta, sería la de tu propio huerto, porque comes lo que cosechas y no necesitas transportarlo a casa. Pero, en las grandes ciudades, ni todas las personas pueden dedicarse al autoabastecimiento, ni resulta factible que la demanda alimentaria pueda satisfacerse con producto local. Para practicar la alimentación sostenible en las ciudades, siempre puedes elegir el alimento de temporada, procedente de una explotación ecológica, y que llega a través de la cadena de distribución más corta posible.

Desde el punto de vista educativo, en el mundo moderno, existe una separación excesiva entre ciudad y campo, que actúa como un muro a nivel cultural. Resulta fundamental establecer conexiones, entre consumidores y productores locales. Gracias al conocimiento que aporta la educación, se aprende a valorar la comida como se merece y a respetar a quienes la producen. La educación también sirve para que las personas compren alimentos, cocinen y coman de forma más consciente, y para reducir un problema frecuente en el mundo desarrollado: el desperdicio de comida.

¿Cómo elegir alimentos sostenibles en la ciudad?

Un habitante de España puede alimentarse de forma sana sin esfuerzo. La dieta mediterránea, que hoy forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, es una síntesis de la sostenibilidad alimentaria: poca carne, muchas legumbres y cereales, combinados con verduras y frutas de temporada.

Cualquier persona, aunque viva en una gran ciudad, puede tomar ciertas medidas para mejorar la sostenibilidad a la hora de llenar la cesta de la compra:

  • Los supermercados actuales ofrecen comida ecológica, incluso con secciones enteras dedicadas a este tipo de alimentación. Destacan las legumbres, que son los alimentos eco-sostenibles por excelencia.
  • Elige productos locales. Si es posible, obtén los alimentos directamente de los productores. Evitarás intermediarios que elevan el precio en función de los kilómetros recorridos.
  • Elige frutas y verduras de temporada, porque son más sabrosas y no necesitan energía para su almacenamiento y conservación.
  • Elige productos envasados de tamaño familiar para reducir el uso del packaging alimentario.
  • Reutiliza las bolsas de la compra, o usa de material biodegradable.
  • Compra pescado (congelado, fresco y enlatado) procedente de pesca sostenible, y carne de granjas no intensivas y que respetan el bienestar animal.
  • Las hierbas aromáticas resultan fáciles de cultivar en macetas, con frescura garantizada, y sin embalaje ni transporte.
  • Gastronomía de aprovechamiento. Jamás desperdicies comida, ni tires sobras de otros platos. Aprende de tus mayores: la gastronomía española está llena de recetas tradicionales, donde se aprovechan los restos de otros guisos.

En síntesis: la alimentación sostenible no implica grandes sacrificios, sino pequeños gestos conscientes, como adquirir el hábito de leer las etiquetas. Leer y aprender a interpretar la información del etiquetado sirve para entender el origen de los alimentos y cómo se producen, y para seleccionar los más sostenibles y, cuando es posible, locales.